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Entrevista: Antonio Peña Jumpa, coordinador general de la Asociación Sindical de Docentes de la Pontificia Universidad Católica del Perú

El diálogo debe orientar la vida y la comunidad universitaria (así también la crítica).

Publicado: 2019-09-16

Por Alejandro Prieto Mendoza

Aunque la idea y el proyecto data de algunos años atrás, el 04 de mayo del presente 2019 se firmó la Acta de Constitución de la Asociación Sindical de Docentes de la Pontificia Universidad Católica del Perú (ASID-PUCP). Hay quienes opinan que un sindicado de docentes en una universidad suena contradictorio, pero ha ocurrido; otros sostienen que esto es resultado de la falta de una buena comunicación, y que durará mientras ello no se resuelva.También, hay quienes piensan que hay problemas de fondo que la PUCP no está tomando en cuenta y con la seriedad del caso. 

Independientemente del escenario, el ASID-PUCP abre nuevos espacios de diálogo y reflexión dentro de la comunidad universitaria. Así, conversé con Antonio Peña Jumpa, coordinador general de la Asociación Sindical de Docentes de la Pontificia Universidad Católica del Perú y profesor principal del Departamento de Derecho. Esta es la entrevista.  


El año pasado, la universidad atravesó una “crisis” generada a partir del cobro por moras a miles de estudiantes y el destape de bonos sin regulación, lo que llevó al equipo rectoral de aquel entonces a renunciar a su cargo. Al mismo momento, los jubilados entraron en una huelga de hambre y en los últimos años se sumaron denuncias de acoso y hostigamiento que visibilizaron la gravedad de este problema dentro del campus. Algunos de estos problemas todavía no tienen solución y podríamos decir que la crisis continua. ¿Cuál es la posición de la Asociación Sindical frente a la crisis de la universidad?
En principio, la Asociación Sindical se formó a partir de la crisis, esta nos orientó a constituirnos y claro que hay vinculación entre esta y nuestra formación. Sobre los bonos irregulares, en los últimos meses he conocido que la situación es mucho más compleja de lo que sabíamos, hay otros bonos que son actualmente desconocidos. Sin embargo, una de las preocupaciones más inmediatas de la Asociación Sindical es la jubilación próxima de los docentes mayores. Los docentes están pensando en su jubilación y su salud. Si bien la crisis nos llevó a formarnos, una de las preocupaciones mayores es el futuro corto que nuestros docentes mayores van a vivir. La universidad tiene que mantenerse sólida preocupándose tanto por sus mayores y sus jóvenes. Tenemos que construir una universidad para que dure y una universidad así tiene que asegurar justamente a quienes vamos a ir dejando la universidad, y pensar al mismo tiempo en los jóvenes que ingresan, a quienes estamos dejando la universidad. Tenemos que conectar esos dos extremos. ¿Qué tipo de universidad queremos para el futuro? No solo una de rankings, sino una sólida que marche democráticamente y con criterios claros en la carrera docente que permita avanzar a los jóvenes y respetar a los mayores.
Considero bastante importante no solo esto que dices sobre pensar en los jóvenes, los cuales son la siguiente academia que tendremos en el mediano y largo plazo, sino también esta otra parte de los profesores próximos a jubilarse que, particularmente, considero necesitan mayor atención. Sobre otro tema, la creación de la Asociación Sindical, si bien ha sido creada a partir de la crisis y pensada previamente en otras oportunidades, también podríamos decir que responde a la tendencia internacional. Se están creando sindicatos de docentes en muchas universidades a lo largo del globo, debido a las condiciones laborales actuales de la academia y el modelo de universidad actual. ¿Cuál es tu posición frente al modelo de la universidad católica y de la universidad en general?
En lo personal, y no hablo por la Asociación Sindical, sino desde mi punto de vista, en primer lugar, no creo en una universidad de rankings. Este es un tema muy importante en el que varios colegas coincidimos. El fin de la universidad no es competir en los rankings o estar entre los mejores del mundo y Latinoamérica. Hay universidades que pagan por aparecer en los rankings; esto se ve también en algunos estudios de abogados. Aparecer en los rankings como efecto secundario de un buen trabajo, claro que es importante, pero no puede ser el motivo principal y conducir el trabajo de la universidad. En segundo lugar, la universidad tiene un compromiso con el país, es ineludible, así surgió la PUCP. Esto es lo más importante, tenemos que seguir captando estudiantes de todo el Perú, que sean buenos estudiantes y que también se comprometan con sus regiones y devuelvan lo aprendido. Actualmente, no hay ese retorno de los jóvenes profesionales. El país no va a cambiar si todos nos concentramos en Lima y la universidad no va a cambiar si solo piensa en Lima. Tenemos que pensar en el país. La Red Peruana de Universidades es una muy buena idea, pero no tiene el respaldo necesario. En tercer lugar, debemos ser conscientes de qué es ser profesor y qué es ser estudiante. Si hemos elegido ser profesores no es para ser grandes profesionales con capital. Si estamos acá, tenemos un compromiso académico y personal.
¿y un compromiso político?

El hacer vida universitaria es muy político, y vivir en comunidad también, pero no es una política partidaria. La política partidaria ha hecho mucho daño a las universidades públicas. Un partido que entra y quiere manejar la universidad hace un grave daño. Los estudiantes tienen que crecer en libertad académica y ser libres de criticar las distintas posiciones y posturas que puede haber en las distintas materias. Si la universidad como institución se ha mantenido desde el medioevo es porque es un espacio de apertura y pluralidad. 

Esta es una de las razones que motivan a la creación de la Asociación Sindical. En estos momentos, la comunidad nuestra, los profesores, los estudiantes, el personal administrativo, diría que no está satisfecha. Hay huecos y vacíos. La Asociación Sindical nos permite que, por lo menos, los profesores TPA puedan ser escuchados y transmitir sus preocupaciones. No somos todavía un gran grupo, pero somos un grupo que abre el diálogo y que quiere contribuir a crear comunidad.

Concuerdo con que la idea de crear comunidad universitaria es fundamental; sin embargo, considero que ser parte de la comunidad debería pasar por la participación efectiva en la comunidad, es decir, aquella que cuenta con voto y/o alguna instancia de representación. Esto, actualmente, no se da, debido a que la participación está delimitada según el tipo de contrato que se establece con la universidad; es decir, alumnos, profesores nombrados, administrativos y recientemente egresados pueden participar de alguna u otra manera en el rumbo que toma la universidad en tanto su contrato lo estipula, lo que termina definiendo a la comunidad. De esta manera, en el camino se deja de lado a docentes contratados, jefes de práctica y otros los cuales suman miles de trabajadores. ¿Es el sindicato de docentes una alternativa más de vida política en la universidad? ¿Por qué un sindicato?

Lo primero a reconocer es que sobre los jefes de práctica se desconoce mucho. Recuerdo haber pasado Generales Letras con jefes de práctica, no así en Derecho. En Derecho, los jefes de práctica eran empíricos o informales; no era normal, tal vez en algún curso, pero era raro tener un jefe de práctica. Nos hemos olvidado de ellos. En lo personal, he promovido que esta figura laboral exista y se promueva en Derecho; son necesarios. Teniendo en cuenta que el grupo es grande, debemos de preocuparnos y empezar a pensar en ellos. ¿Un sindicato puede agrupar a los jefes de práctica? No veo problema alguno, aunque en la práctica los profesores se consideran diferentes y tienen demandas diferentes también. ¿Un sindicato o asociación de jefes de práctica, o que se integren a la asociación sindical docente ya constituida? Aquí está mi duda.  

Sobre los profesores TPA, que es otra gran realidad, hay que recalcar que son la mayoría en todas las facultades. La Asociación Sindical me ha abierto los ojos sobre su situación en la PUCP. Desde mi experiencia como TPA en San Marcos, conocí y viví de primera mano sueldos bajos, pagos impuntuales, una situación administrativa complicada; todo esto igual no impedía que trabajase orgulloso de dictar en una universidad como San Marcos. A partir de esta experiencia, empecé a conocer y a preocuparme por la situación de los TPA en la PUCP. Comparativamente, el sueldo de un TPA en la PUCP es mayor, pero igual se dan situaciones que por diversas razones no son discutidas o visibilizadas. Si consideramos que aproximadamente más de dos tercios de profesores son TPA en la universidad, su situación necesariamente debe de corregirse. No podemos tener una buena universidad, si no tenemos a los profesores trabajando en condiciones óptimas, y, a su vez, un alumnado que contribuye a esto.

Sobre la producción intelectual en la academia, el artículo académico forma parte de una lógica de producción en la que las grandes casas editoriales generan millones de ganancias, mientras que sustentan este monopolio a través de rankings y métricas [1]. Además, hay que considerar que la investigación hoy prima sobre la enseñanza. ¿Cuál es tu posición sobre el rol de la investigación y enseñanza? ¿Qué proponer para mejorar las oportunidades de investigación y alcanzar al mayor número de docentes? ¿Dónde queda la docencia?
En lo personal, si los rankings y las métricas no son prioridad, igual debemos de pensar cómo fortalecer nuestra vida universitaria. Lo primero que tenemos que hacer es fortalecer la docencia y esta no solo compromete a profesores, sino también a estudiantes. Si no formamos buenos estudiantes, no tenemos buena docencia, y sin docencia no hay universidad. Además, no podemos tener una docencia con una metodología rígida, sino de apertura. La calidad de la docencia no se mide con rankings ni con encuestas. Tenemos que idear formas de medir nuestro trabajo sin que estas signifiquen sacrificios y desigualdades que suelen ocurrir en las universidades privadas. La investigación es prioridad también, pero no una prioridad que se someta por sobre la docencia. Un docente que no investiga no es el escenario, creo que todos los hacen de alguna manera u otra. Tenemos que idear incentivos o nuevas formas de apoyo. Por ejemplo, en las universidades grandes todos los docentes tienen un ciclo o hasta año sabático; ahí se dedican a investigar o a recoger data con mayor énfasis. En sí, los profesores se distinguen porque se comprometen con sus clases y nuestras clases no salen de la nada, tenemos que investigar.
En todo caso, que los incentivos estén regulados y que las condiciones para acceder a estos sean conocimiento público y abiertas a la comunidad.
Absolutamente. Digamos, no es necesario que exista un premio para la investigación. Al principio me pareció interesante, pero luego caí en la cuenta de que hay otras formas. ¿Qué está funcionando y qué no en otros países? Es algo que no sabemos. De lo que conozco, en otras universidades existen fondos disponibles asignados a docentes que se renuevan al término de presentar resultados finales. Todo esto tenemos que conversarlo y discutirlo. Ahora, no podemos dejar de lado la responsabilidad social. La responsabilidad social hace al estudiante, más que al profesor. En mi experiencia, como estudiante hice mucha responsabilidad social y de ahí surgió mi interés por la investigación. Luego devino mi experiencia docente. Ese estudiante que hace responsabilidad social e investiga nos sustituirá en algún momento; ese estudiante, devendrá en docente y, ojalá, reproducirá esto con los nuevos estudiantes.
Para finalizar, ¿qué esperas a manera personal y qué espera el sindicato de este nuevo equipo rectoral?
En lo personal, y creo que también en consenso con la Asociación, es que este equipo rectoral debe de trabajar. Más trabajo y más trabajo, pero no puede trabajar solo, sino en conjunto con todos los grupos. Todos estamos comprometidos con la universidad y queremos dar nuestro granito de arena. El equipo rectoral no puede cerrarse y creer que lo que ellos consideran como el “camino” es el único camino. Tenemos que conversar y discutir, el diálogo debe primar. El equipo rectoral pasado tuvo cosas buenas y cosas malas, y lo malo estalló a fines del año pasado. Lo malo tiene que corregirse y en consenso con la comunidad. Por ejemplo, sobre el tema de bonos, el rectorado tiene que mostrar cuál es su propuesta y practicarla con el ejemplo.
En resumen, que las propuestas sean cotejadas, dialogadas y debatidas con la comunidad universitaria. También es necesario aceptar críticas.
Ciertamente.
Y que existan espacios de crítica…

Siempre. En mi caso, con los años uno ya ha recibido tantos golpes y, ciertamente, tantos golpes queremos evitar recibir, pero la crítica es necesaria. Sé que hay jóvenes profesores que están bastante limitados y que tienen buenas ideas, pero no tienen un espacio. En toda unidad, en la universidad en general deben crearse nuevos espacios de diálogo y crítica. Hay que crear estos espacios en cada parte de todas las unidades y sin excepción, y para todas las personas: docentes, estudiantes, personal administrativo y más.


Lima, PUCP, 13 de septiembre del 2019


[1] Comenté el tema en la siguiente nota previa.


[2] Foto principal extraída del siguiente enlace.



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